El marplatense será el primer surfista argentino en tomar parte de unos Juegos Olímpicos. Llegó el fin de semana a la Villa Olímpica y tras el aislamiento preventivo este martes comenzará a entrenar en las olas niponas.
Con PCRs negativos 96 y 72 horas antes de tomar un vuelo desde California hacia Tokio, nuevos controles tras el aterrizaje y toneladas de ansiedad acumulada, el surfista marplatense Leandro “Lele” Usuna desembarcó en territorio nipón y se instaló en la Villa Olímpica con las expectativas bien altas y la cuenta regresiva en marcha hacia el 24 de julio, fecha prevista para el histórico estreno del surf en los juegos.
Usuna, de 33 años, será el primer argentino olímpico en surf, una de las cinco disciplinas que debutarán en esta edición, y a su ilusión personal de pelear por los puestos más altos le suma la de ver cómo la gran pasión de su vida se convierte en “uno de los deportes con más protagonismo” en esta edición.
Campeón del mundo en 2014 y 2016 de la Federación Internacional de Surf (ISA), “Lele” consiguió el ticket a los Juegos gracias a un guiño del destino: heredó la plaza del peruano Lucca Mesinas, que obtuvo la clasificación un mes atrás en el Mundial en El Salvador, y liberó de ese modo la que ya había conseguido al obtener la medalla de oro en los Panamericanos 2019, en los que el argentino fue segundo.
El surfista llegó el último fin de semana a la capital japonesa desde la costa oeste estadounidense, donde debió encarar el tramo final de la preparación, ya que no pudo volver a la Argentina tras su participación en el mundial salvadoreño.
“Fue un escenario muy particular, con cada uno de los deportistas preparándose como pudo. Yo no pude volver a Argentina y decidí viajar a California, donde corrí un torneo en el que me fue bien, y donde tengo amigos y familia porque viví acá diez años cuando era chico”, recordó.
En California entrenó junto al chileno Manuel Selman, otro de los clasificados para los Juegos, y dedicó muchas horas a probar y elegir las tablas más adecuadas para las olas de Tsurigasaki, en la prefectura de Chiba, situada sobre el Pacífico, a unos 90 kilómetros al este de Tokio.
“Conozco Japón, conozco bastante la ola en la que vamos a competir, es una ola con mucha fuerza, y por eso pedí tablas chicas, más anchas”, contó.
Según explicó, por protocolo, deberán esperar en la Villa Olímpica hasta el martes junto al entrenador (también marplatense) Martín Iatauro, y recién entonces podrán pisar la playa para entrenar.
Superada la espera, llegará la hora de la verdad: “La competencia empieza el 24, y dura hasta el 2 de agosto. Es un período de espera para aguardar las mejores condiciones de mar”.
Para el argentino, “sin dudas el nivel de surf va a ser increíble, porque para cada surfista fue muy duro clasificar” en el contexto de la pandemia por el coronavirus y la postergación de los juegos.
En el debut de este deporte participarán 20 mujeres y 20 hombres en la modalidad de tabla corta, más adecuada para giros y maniobras en las que los jueces evaluarán calidad, variedad, velocidad, dominio y estilo.
“Tengo mucha ansiedad y mucha emoción. Van a estar los mejores, y es buenísimo porque hay competidores de todo el mundo”, dijo Usuna, que deberá enfrentarse con representantes de países como Estados Unidos, Australia, Perú y Brasil, que parten como favoritos para ocupar los podios de la disciplina.
El surf, junto al béisbol, el karate, el skateboarding y la escalada, fue incorporado al calendario de Tokio 2020 en una asamblea del Comité Olímpico Internacional realizada en Río de Janeiro durante los anteriores Juegos de 2016, a partir de la promoción incansable de otro marplatense: Fernando Aguerre, presidente de la ISA.